12 formas de comer saludablemente.
Contribución por:
Comunicación
Corporativa Ketchum / Panamá

Nuestros hábitos y rutinas a la hora de comer pueden
influir notablemente en el consumo calórico que hacemos. Adopte estos
consejos y logrará un estado de bienestar, mientras comienza a disfrutar
el placer de comer conscientemente. Si al hacer memoria, sus recuerdes
le muestran a un infante que engullía rápido para salir a jugar, o tal
vez comía “bajo amenaza” para no perder algunos privilegios en casa...
¡Sí! usted fue víctima de una rutina deficiente de alimentación.
Probablemente, tampoco aprendió a disfrutar del sabor y la consistencia
de los diferentes alimentos y hoy, todavía arrastra estos malos hábitos,
que también inciden en la cantidad y calidad de lo que come, y en consecuencia
afectan su el bienestar de su cuerpo. Ana Cristina Gutiérrez,
asesora nutricional de Herbalife, explica que “nuestros hábitos alimenticios
están determinados por factores económicos, sociales, emocionales, religiosos
y hasta psicológicos. La disponibilidad de alimentos y su costo también
determinan nuestros hábitos. De ahí la importancia de tomar consciencia
de la forma en que comemos”.

Y como nunca es tarde para mejorar y lograr
mayores beneficios para nuestro cuerpo, Gutiérrez comparte con nosotros
los 12 hábitos de alimentación que pueden brindarnos bienestar, mientras
aprendemos a disfrutar nuestras comidas: ¡Escríbalo!
El primer paso para lograr un cambio definitivo, es tomar consciencia
de la cantidad y calidad de los alimentos que tomamos diariamente. En
este sentido, un diario o bitácora nos permitirá conocer qué comemos
y por qué, ayudándonos a identificar aquellos momentos cuando abusamos
de ciertos alimentos por motivos más emocionales. Un ejemplo
de este diario es el siguiente:

¡Desayune! No permita que el “corre corre”
diario sabotee sus metas, usted no puede ni debe salir de casa sin haber
tomado la comida más importante del día: el desayuno. Recuerde
que puede sustituirlo por un batido que incluya todos los nutrientes
necesarios para tener energía, pero no se lo salté. ¡Hidrátese! Beba
entre 8 y 13 tazas de líquido al día. El Instituto Europeo de Hidratación
indica que el agua es el componente mayoritario de las células del cuerpo
(excepto en el caso de la células grasas) y también protege y es lubrificante
para el cerebro y las articulaciones. También transporta los nutrientes
a las células del cuerpo y se encarga de retirar de las mismas los residuos
o sustancias de deshechos. El agua ayuda a regular la temperatura corporal
mediante la redistribución del calor desde tejidos activos hasta la
piel y mediante el enfriamiento del cuerpo a través del sudor. Porciones.
Vigile las cantidades de lo que come, ya que esto determina que aumente
o no de peso. Además, si acostumbra a comer en un plato enorme, sentirá
la necesidad de llenarlo de comida y la obligación de comerla toda.
Mejor, sírvase en un plato más pequeño que le permita controlar las
porciones, así visualmente el plato se verá más lleno y su mente se
sentirá más satisfecha. Tiempos de comida. Procure realizar de 5 a 6
tiempos de comida al día con el fin de evitar períodos de mucha hambre
o ayuno extremo. Saltarse tiempos de comida es el peor de los errores.
Esto aumentará su apetito y hará que el cuerpo almacene reservas de
grasa. Usted se mostrará más ansioso y tenderá a comer más compulsivamente.
Además, cuando nos saltamos comidas, consumimos menos nutrientes como
las vitaminas, minerales proteínas que permiten una función adecuada
del metabolismo. Esto nos podría provocar cansancio, disminución del
rendimiento y otros problemas de salud. ¡Llénese de color! Una forma
de deleitar la vista y el paladar es incluir en su plato abundante color,
mediante la ingesta de frutas y verduras. Consúmalas diariamente, varíelas
para que no se aburra. ¡Cuidado con los azúcares! Procure utilizar poca
azúcar para endulzar sus bebidas. Mejor si la evita del todo. Evite
también comer postres y dulces frecuentemente. Grasas y carbohidratos.
No debe evitar estos dos grupos, pues también son importantes para que
su cuerpo funcione correctamente. Lo que si debe hacer es consumirlos
con mucha moderación. En el caso de las grasas, evite cocinar con excesos
de aceite, mídalo con una cuchara o bien utilice la mitad de lo que
usa regularmente. A los carbohidratos se les ha señalado como los “culpables”
del exceso de peso, pero no es así. Lo que sucede es que debemos preferir
los carbohidratos buenos (maíz, papas, aceitunas, tomates, zanahorias,
entre otros) y evitar los malos (pan blanco, pasteles, galletas, golosinas,
alcohol, entre otros).

Programe sus compras. Revise bien
con cuáles alimentos cuenta en su despensa o alacena. Realice un menú
que incluya alimentos sanos y con base en éste, escriba su lista de
mercado. No salga al mercado con hambre, pues será más propenso a probar
los bocadillos que le ofrecen degustar. Apéguese a esa lista y así evitará
comprar por “antojo”. Si en su despensa existen alimentos menos sanos,
déjelos en un lugar inaccesible o retírelos de su casa.
Cocine.
Prefiera preparar sus propios alimentos que consumirlos en la calle,
donde suelen contener cantidades excesivas de grasa, azúcar y sal. Si
usted tiene malos hábitos, siempre cocinará sus alimentos con más cantidad
de salsas o aceite y comerá en porciones más grandes, lo que le hará
más propenso a padecer enfermedades cardiovasculares o Diabetes Mellitus,
se sentirá siempre con el estómago irritado de tanto que ha comido y
podrá sufrir muchos problemas digestivos. Cambie sus técnicas de cocción,
deja de freír y comience a hornear, hervir, cocinar al vapor, a la parrilla
o a la plancha, probablemente comenzará a notar los cambios en su cuerpo.
Comer fuera de casa. Si usted pasa largas jornadas
trabajando fuera de casa, lleve sus propios alimentos cocinados, meriendas
y comida saludable. Incluya lácteos descremados, batidos con leche,
agua o frutas, o bien alguna galleta sin relleno. Cuando visite un restaurante,
pida los platillos a la plancha o a la parrilla. Si del todo no puede
resistirse a la “comida chatarra”, consúmala ocasionalmente y en porciones
pequeñas ¡nunca agrandadas!
No coma frente a la televisión o
la computadora. Una investigación publicada por The American
Journal of Clinical Nutrition que reúne las conclusiones de 24 trabajos,
indica que las personas que comen distraídas (viendo la tele, leyendo,
navegando por Internet, jugando juegos de video, o en el puesto de trabajo)
comen más sin darse cuenta y no son conscientes del tipo de alimentos
que se llevan a la boca. Situaciones que a la larga, hacen que nuestra
dieta sea peor, pues ni siquiera sabemos en qué consiste.

Gutiérrez asevera que además de estas buenas prácticas al comer,
existen dos factores más que pueden incidir en un organismo saludable:
¡Muévase! Realice actividad física al menos 30 minutos
al día o bien 150-200 minutos por semana. Existen varias
recetas para no “darse por vencido” con el ejercicio: practique algo
que le guste. Si el agua fría de la piscina no le agrada, prefiera
la caminata o tal vez la bicicleta. Buscar un compañero o compañera
de ejercicio también puede ser de gran ayuda, pues hace más agradable
la práctica y hasta puede animarnos y motivarnos, cuando queremos
desfallecer. Horas de sueño. Procure dormir entre 7 y 8 horas diarias,
esto lo hará estar descansado y con lucidez para realizar sus tareas
diarias y hasta elegir sus alimentos. Recientemente, el International
Journal of Obesity publicó un estudio realizado por la Universidad
de Columbia en New York, que indicaba que en las personas con falta
de sueño se activaban más los centros cerebrales de recompensa y sensibilidad
a la comida cuando miraban imágenes de chocolate y repostería, que
cuando miraban productos más saludables como zanahorias y yogurt.
Sin embargo, esa diferencia no surgió después de nueve horas de descanso.
Lo que quiere decir que somos más propensos a comer más alimentos
no saludables cuando no dormimos lo necesario. Gutiérrez concluye
recordándonos que “el secreto está en implementar cambios pequeños,
pero constantes”. Fuentes: • Ana Cristina Gutiérrez,
asesora nutricional de Herbalife. • Academy of Nutrition and Dietetics
Foundation, http://www.eatright.org/ • Biblioteca Nacional de Medicina
de los Estados Unidos, http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/druginfo/herb_All.html
• International journal of Obesity. http://www.nature.com/ijo/index.html
• Instituto Europeo de Hidratación. http://www.europeanhydrationinstitute.org/
• The American journal of Clinical Nutrition. http://ajcn.nutrition.org/
Acerca de Herbalife Ltd. Herbalife Ltd. (NYSE: HLF)
(http://www.herbalife.com/es/global)
es una compañía mundial de mercadeo en red que vende productos para
el control del peso, la nutrición y el cuidado personal, con el propósito
de fomentar un estilo de vida saludable. Los productos de Herbalife
se venden en más de 85 países a través de una red de distribuidores
independientes. La compañía apoya a la Fundación Familia Herbalife
(http://www.herbalifefamilyfoundation.org/home)
y a su programa Casa Herbalife para llevar una buena nutrición a los
niños. El sitio de Herbalife en Internet, http://ir.herbalife.com/,
contiene una gran variedad de información sobre la empresa, incluyendo
información financiera y para inversionistas. La empresa sugiere a
los inversionistas visitar su sitio Web de vez en cuando, ya que la
información es actualizada con frecuencia.